Esta tarde no bailan las golondrinas,
ni salpican mis pies cuando surcan el agua.
Esta tarde no oigo el ruiseñor,
ni huele a romero el campo.
El cerezo observa su reflejo en el espejo de la charca
y yo me acuerdo de ti, ocaso serrano.
Dormid tranquilos, ahora que no estoy.
Despertad alegres, y acordaos de mí.
Otros llegaron, y ahora os ocupan
pero yo… os amo… y ellos… tan solo escuchan.
Guardadme un lugar humilde al que poder volver,
en el que guarecerme cuando llegue el frio.
Esta tarde hace calor,
y en la calle de mi casa algarabía.
Esta tarde me dejé llevar y.... hasta aquí os he traído.
Que hermosa manera de decir tienes Cristina, aunque los poemas no son lo mio, me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias amigo por la visita. Tampoco los poemas son lo mío :) ..... la melancolía, que es así. Un abrazo
EliminarQué bonito, oyes, oh yes!
ResponderEliminarMelancolía, y nostalgia al ver la foto.
Aquí otro que tampoco controla de poesía, pero me gustó y es lo que importa, creo yo.
Un besito.
Tristeza y melancolía. Son buenos ingredientes para la poesía. Y ésta nos ha traído hasta aquí. Y aquí, nos encontramos a gusto, leyéndola.
ResponderEliminar:) Gracias amigos!!!! Me encantan vuestras visitas, y me alegra que os sintais a gusto aquí!!! un abrazo fuerte!!!!
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