Esta tarde no bailan las golondrinas,
ni salpican mis pies cuando surcan el agua.
Esta tarde no oigo el ruiseñor,
ni huele a romero el campo.
El cerezo observa su reflejo en el espejo de la charca
y yo me acuerdo de ti, ocaso serrano.
Dormid tranquilos, ahora que no estoy.
Despertad alegres, y acordaos de mí.
Otros llegaron, y ahora os ocupan
pero yo… os amo… y ellos… tan solo escuchan.
Guardadme un lugar humilde al que poder volver,
en el que guarecerme cuando llegue el frio.
Esta tarde hace calor,
y en la calle de mi casa algarabía.
Esta tarde me dejé llevar y.... hasta aquí os he traído.
Qué bonito, oyes, oh yes!
ResponderEliminarMelancolía, y nostalgia al ver la foto.
Aquí otro que tampoco controla de poesía, pero me gustó y es lo que importa, creo yo.
Un besito.